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El Teléfono Único de Emergencias de Andalucía ha gestionado entre el 1 de enero y el 30 de noviembre un total de 901 avisos por incendios domésticos en la provincia de Sevilla, lo que supone un 5,35% menos de casos que en el mismo período del año pasado, cuando se contabilizaron 952 siniestros, según informa el 112, servicio adscrito a la Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía.
Los meses de invierno son los que acumulan el mayor volumen de este tipo de siniestros, debido, fundamentalmente, al uso de calefactores y braseros por el descenso de las temperaturas propio de esta época del año. Sin embargo, no son exclusivos del invierno, en los meses de verano también se registran, sobre todo por un mal o excesivo uso de aparatos de aire acondicionado y ventiladores. Además, estos datos también tienen en cuenta los fuegos registrados en cocinas, los provocados por el uso de aparatos eléctricos o aquellos en los que el origen se encuentra en otros focos de calor, como cigarros o velas.
El total de fuegos en vivienda que se han producido en la provincia de Sevilla en lo que va de año se traduce en un 26,56 % del total de los 3.392 avisos coordinados en la región. Sevilla aglutina el mayor número de incendios, seguida por Málaga (con 607); Cádiz (con 460); Granada (con 420); Huelva (con 265); Jaén (con 257); Almería (con 249) y Córdoba (con 233).
El mayor número de sucesos de este tipo en Sevilla se ha dado en el mes de enero, con 122 casos, lo que supone el 13,5% del total de avisos gestionados por el 112 en la provincia. Por contra, el mes con menos siniestros es abril, con 58 avisos.
Consejos de autoprotección
Desde el centro coordinador se insiste en la necesidad de seguir una serie de recomendaciones para evitar que se produzcan este tipo de siniestros, especialmente ahora cuando la bajada del termómetro aumenta el uso de braseros y sistemas de calefacción.
Para prevenir incendios en domicilio es fundamental hacer un buen uso y mantenimiento de estos aparatos. Los braseros, radiadores o cualquier electrodoméstico de calefacción se colocarán siempre lejos de las cortinas o visillos, para evitar que prendan. En las casas donde haya menores, es muy importante que los niños no jueguen ni estén cerca de los focos de calor, porque, en un descuido, pueden provocar un accidente (esta recomendación también es válida para animales domésticos).
Si se usa una calefacción que desprende gases o un brasero de picón (o cisco), la habitación tiene que estar siempre bien ventilada, de esta forma, si existe una mala combustión evitaremos la acumulación de monóxido de carbono -un gas que en altas concentraciones puede llegar a ser mortal-.
También es importante revisar el estado de los enchufes e interruptores; no abusar de las alargaderas y enchufes múltiples, así como emplear los enchufes con toma de tierra para aquellos electrodomésticos que lo precisen, como planchas o calentadores portátiles. Es muy útil tener en casa un extintor y conocer su manejo para actuar de forma rápida.
Otras medidas preventivas que se pueden llevar a cabo en las viviendas es evitar que se acumule grasa en hornillas y campanas extractoras y no guardar productos de limpieza, líquidos inflamables y bolsas de plástico cerca de fuentes de calor de la cocina: fogones, hornos o calentadores. Respetar la fecha de caducidad de las conducciones de gas, mantener en buen estado las uniones y no obstaculizar las rejillas de ventilación son también gestos que ayudarán a evitar sustos en nuestras casas.
Al igual que las cocinas, los garajes y trasteros son focos potenciales de incendios porque en ellos se suelen guardar productos disolventes, quitagrasas, pinturas, etc. por lo que son zonas a las que debemos prestar mayor atención.
Cómo actuar en caso de incendio
Si a pesar de todas las precauciones se produce un fuego en casa, es fundamental mantener la calma y llamar rápidamente al Teléfono de Emergencias 112 para poder movilizar a los operativos. Para ello es importante explicar correctamente qué ocurre y dónde y mostrarse colaborador en todo momento con el gestor de llamadas, dando respuesta a todas las preguntas.
En caso de incendio, hay que intentar salir del inmueble con celeridad, pero sin perder el control, lo más importante es ponernos a salvo por lo que, bajo ningún concepto, nos pararemos a recoger objetos personales. Es importante que mientras salimos de la casa cerremos todas las ventanas y las puertas que podamos y, una vez fuera, entreguemos la llave a algún efectivo de bomberos.
El humo acumulado puede dificultar la visibilidad e impedirnos respirar bien; si se da este caso, lo mejor es gatear lo más cerca del suelo. Antes de abrir cualquier puerta, es crucial comprobar que no está caliente y que no sale humo por las rendijas, si es así, no debe abrirse porque el oxígeno alimentaría las llamas y empeoraría la situación. Si se está en una planta superior, se bajará por las escaleras, a no ser que en el hueco haya humo. En todo caso, nunca se usará el ascensor.
Si la magnitud de las llamas impide la salida del inmueble, se deben cerrar todas las puertas que haya entre el fuego y el lugar donde nos encontramos y debemos refugiarnos en una habitación próxima a la calle, para poder llamar la atención al exterior y que los operativos de emergencia puedan rescatarnos. Es muy recomendable, siempre que se pueda, humedecer alguna prenda de ropa y colocarla en las rendijas para evitar que el humo pase a la estancia en las que nos hayamos guarecido. Dar la voz de alerta es primordial: recuerda llamar al 112 para solicitar ayuda y pedir socorro por una ventana o balcón con algún pañuelo o prenda de color que nos haga visibles a los operativos de emergencia. Si las llamas nos alcanzan y prenden nuestra ropa no hay que correr sino tumbarse en el suelo y rodar sobre uno mismo para apagarlas.
Simulaciones que salvan vidas
Las personas que viven en una misma vivienda deben acordar una serie de prácticas y pautas de comportamiento que pueden ayudar a salvar vidas en caso de incendio. Así, es importante que todos los miembros de la familia concreten un plan de salida en caso de incendio así como una zona de encuentro en el exterior; si se produce un fuego en casa, se debe comprobar que todos los ocupantes de la vivienda están en esa zona de encuentro. Además, todos deben conocer la ubicación de las llaves de rejas abatibles para poder huir en caso necesario.
Si hay niños y menores de edad en casa, una buena idea es realizar pequeños simulacros sobre cómo actuar en caso de que se produzca un incendio, como si de un juego se tratara. Algunas escenas vistas en series y películas (gatear mejor que andar, humedecer ropa y colocarla en las rendijas de las puertas o sacudir un pañuelo rojo por la ventana para llamar la atención de los servicios de rescate) son prácticas sencillas y reconocibles para los niños que pueden ayudarles a salvar vidas en caso de emergencia real.