La educación en crisis
¿Está en crisis la educación? La respuesta a esta pregunta, puede y debe tener infinidad de variables, que coinciden o no con nuestra opinión personal acerca de la misma. Sin embargo, haciendo alarde del espíritu prejuicioso que la sociedad nos ha dado, analizaremos objetivamente esta cuestión. El artículo que tiene a continuación, pretende desbrozar en varios episodios todas aquellas facetas que conforman la personalidad de un individuo desde una simple estructura, y que cada vez con más frecuencia, son causa de problemas, como trastornos de conducta, déficits educativos o, en casos más extremos, violencia, consumo de drogas o delincuencia.
La educación, tal cual la conocemos, se está tambaleando, y parece obvio que lo hace debido a la ausencia de unos cimientos sólidos sobre los cuales construir cualquier tipo de conocimiento. A priori, de manera muy superficial, pueden notarse diversos avances en materia educativa, como que cada vez hay más centros que se adhieren al bilingüismo o que las nuevas tecnologías formen parte de los ingredientes fundamentales de este gran menú.
No obstante, quien observe la realidad que nos asola, será consciente (o no) de lo que está ocurriendo. Y es que se está avanzando tanto en unos aspectos y tan poco en otros, que hacen llegar a pensar que la administración está sacando tajada de otra necesidad más, como “regalar” un ordenador portátil a un alumno de quinto curso de primaria, sin importar la infinidad de contenidos que podrán explorar sin medida alguna que lo limite supervise, ¡como si fuese un regalo!, obviando formación alguna sobre su uso responsable, pero eso es otra guerra.
No podemos descentrarnos ni dejar que nos descentren. Sólo podemos controlar aquello que dependa directamente de nosotros mismos, con lo cual, sugiero un análisis sincero de conciencia, dejando a un lado los prejuicios y las apariencias. ¿Tenemos problemas en la familia, en el entorno, en la escuela? Propongo invertir todas nuestras energías en identificar, reconocer y solucionar los problemas, en lugar de negar, apartar o evitar que los demás lo vean. ¿Por qué motivo debemos hacerlo? ¿Por qué puede afectar eso a la educación de mi hijo o hija? Porque no consiste en averiguar quién es mejor o peor, puesto que puede sobrecargar negativamente a los niños y niñas y ellos y ellas lo notan, y se aprovechan, no lo duden.
A modo de conclusión, podemos hacer un ejercicio mental. El diagrama inferior, hace referencia a esos pilares básicos de la educación de un sujeto. Propongo que analicemos conjuntamente cada uno de los ámbitos y, con vuestra participación, completemos cada uno con aquellas actitudes, situaciones o sentimientos que generen algún tipo de “problema” en el chico, en el entorno o en la escuela, y no es casualidad que esté entre comillas, poco a poco, seremos más conscientes de que lo que llamamos problemas o trastornos, son simplemente condiciones de personas que no deben ser juzgadas con ensañamiento, si no desde un punto de vista pedagógico.
Pueden hacer llegar sus impresiones o “problemáticas” a través de twitter o facebook y desde ahí, analizaremos cada caso. ¡Hasta la semana que viene!
Antonio Aguilar Carrasco
Maestro Educación Primaria
Soluciona Servicios Educativos
@SolucionaMQ5
